Reveló que entre diciembre y enero últimos cayeron un 50% menos de precipitaciones con respecto el mismo período del año anterior, situación se sintió en los campos, que registraron retrasos madurativos en la caña.
“El déficit de crecimiento ocurrió en Burruyacú, en el norte; y en La Cocha y Alberdi, en el sur; parte de Cruz Alta y Simoca”, señaló, según destaca Comunicaciontucuman.gob.ar.
Sostuvo que entre febrero y marzo crecieron los índices de lluvias “Estamos viendo que hay una recuperación de los cañaverales, lo que no significará recobrar lo perdido. Las últimas tormentas causaron también algunos daños en la zona de La Cocha y Alberdi, que antes había sufrido la sequía”, remarcó.
Scandaliaris explicó que prevén un año productivo que estará por debajo de 2016. “No se puede decir cuánto, es algo que será evaluado a partir de abril. Otro hecho importante es el menor crecimiento causado por la cosecha tardía de caña. La situación económica de algunos productores fue crítica por un problema de costos, lo que provocó que haya suelos que no recibieran lo necesario en control de malezas y fertilización”, expuso.
En Tucumán, el año pasado se produjo 1.606 millón de toneladas de azúcar, incluyendo azúcar para alcohol.
El técnico pronosticó que, a pesar de los contratiempos, Tucumán podrá abastecer el mercado interno para el consumo de azúcar y en materia prima para elaboración de alcohol. “Está la perspectiva para que iniciemos antes la zafra. Si la cosecha es buena y la comercialización del azúcar es adecuada, tendremos precios rentables para todo el norte argentino”, declaró.
Explicó que la exportación jugó un rol importante para recomponer los precios. En cuanto a la productividad, expresó que hay una expansión en la superficie cultivada, aunque se perdieron algunos lotes que pasaron a la soja por cuestiones de rotación de cultivos. “Cuando un cañaveral se hace viejo es conveniente recuperar la potencialidad del suelo para el próximo año, a través del cambio de los cultivos”, finalizó Scandaliaris.